domingo, 3 de junio de 2012

Crisis de la deuda soberana europea


La Crisis de la deuda soberana de la Eurozona, también llamada crisis del euro o crisis de la zona euro, es una serie de acontecimientos que han venido afectando negativamente desde principios del año 2010 a los 16 estados miembros de la UE que conforman la Eurozona o Zona Euro, esto es, que han adoptado el euro como moneda única y componen entre sí una unión monetaria plurinacional en el seno de la Unión Europea. Durante este período los estados de la Eurozona han venido padeciendo una crisis de confianza sin precedentes, con ataques especulativos sobre los bonos públicos de varios de sus miembros, turbulencias en sus mercados financieros y bursátiles, y una caída del valor cambiario de la moneda única, en un contexto de incertidumbre y dificultad por alcanzar un acuerdo colectivo que todavía persiste.

La crisis comenzó con la difusión de rumores sobre el nivel de la deuda de Grecia y el riesgo de cesación de pagos de su Gobierno. Se hizo público que durante años el Gobierno griego había asumido deudas profundas y había llevado a cabo gasto público descontrolado, lo cual contravenía los acuerdos económicos europeos. Cuando llegó la crisis financiera global, el déficit presupuestario subió y los inversores exigieron tasas mucho más altas para prestar dinero a Grecia.
Todos los países de la eurozona se vieron afectados por el impacto que tuvo la crisis sobre la moneda común europea. Se produjeron temores de que los problemas griegos en los mercados financieros internacionales pudieran desatar un efecto de contagio que hiciera tambalear las economías de los países con economías menos estables de la Eurozona, como Portugal, Irlanda, Italia y España, los cuales, como Grecia, tuvieron que tomar medidas para reajustar sus economías.
A partir de marzo de 2010, la Eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) debatieron conjuntamente un paquete de medidas destinadas a rescatar la economía griega, bloqueado durante semanas debido en particular a los desacuerdos entre Alemania, economía líder en la zona, y los otros países miembros. Durante esas negociaciones y ante la incapacidad de la Eurozona de llegar a un acuerdo, la desconfianza aumentó en los mercados financieros, mientras el Euro experimentó una caída continuada y las plazas bursátiles caían.
Finalmente, el 2 de mayo la Unión Europea (UE) y el FMI acordaron un plan de rescate por importe de 750.000 millones de euros, destinado a tratar de evitar que la crisis se extendiera a través de toda la Eurozona. A esta medida se añadió la creación, anunciada el 10 de mayo, de un fondo de estabilización colectivo para la Eurozona. Al mismo tiempo, los principales países europeos adoptaron sus propios planes de ajuste de sus finanzas públicas, inaugurando una era de austeridad en todo el continente.

Evolución de la crisis
Grecia

Deuda de Grecia entre 1999 y 2010 comparado a la media de la Eurozona.
A finales del 2009 emergió el temor de que Grecia se declarase en suspensión de pagos.
En octubre de 2009, el Partido Socialista griego ganó las elecciones legislativas y George Papandreou llegó al poder. Más tarde, anunció que la situación económica del país era catastrófica y que el déficit presupuestario para aquel año sería del 12,5% en lugar del 3,7% que había anunciado el gobierno precedente. También reveló que se había disimulado el verdadero tamaño de sus deudas ante la Comisión Europea desde hacía una década. En noviembre y diciembre, se hicieron públicas previsiones estimando el déficit griego en un 12,7% y el endeudamiento en el 113,4% para el año 2009, niveles muy por encima del límite del 3% y 60% que fija el Pacto de estabilidad y crecimiento para los miembros de la Unión Europea.
El 8 de diciembre, la agencia de calificación de riesgo Fitch Ratings bajó la calificación de la deuda soberana a largo plazo de Grecia de A- a BBB+ y el 16 de diciembre Standard & Poor's hizo lo mismo. Esto indicó a los inversores que invertir en ese país era más arriesgado, y vino a confirmar los temores de los mercados. El 22 de diciembre la tercera gran agencia de calificación de riesgo, Moody's, rebajó la nota para Grecia de A1 a A2.
Mientras tanto, en este mes de diciembre el gobierno griego anunció que no pediría ayuda externa para reembolsar sus deudas, y tuvo que anunciar un plan de reducción del déficit para el año 2010 a fin contentar a los mercados financieros y a la Comisión Europea. Sin embargo ese anuncio no fue suficiente, y en los días siguientes comenzaron los ataques especulativos en los mercados financieros y los rumores de que el gobierno iba a declarar la cesación de pagos. La Comisión Europea misma pidió al gobierno más medidas, juzgando que la situación del país amenazaba la estabilidad de los otros países europeos.
Uno de los obstáculos para el gobierno griego en aquel periodo fue que las medidas de austeridad que estaba obligado a cumplir para recibir su rescate económico y recuperar la confianza internacional generaron protestas que encabezaron los sindicatos, además de enfrentamientos violentos. De ahí la dificultad para presentar un plan de ajuste radical y la consiguiente desconfianza de los mercados sobre la capacidad del país de iniciar una reducción sostenible de la carga de la deuda pública.
En las semanas siguientes, la Comisión Europea y la canciller de Alemania Angela Merkel pidieron al gobierno griego que pusiera mayor empeño por reducir el déficit público y la deuda acumulada.[29] [30] A raíz de esta situación emergieron tanto en Berlín como en Bruselas los miedos acerca de que la crisis griega tuviera repercusión en el euro. Así, Angela Merkel insistió varias veces en que cada miembro de la Unión Europea tiene la responsabilidad de mantener las finanzas públicas en orden, condición de estabilidad de la propia unión y de la eurozona.
Como respuesta, el gobierno griego desveló a principios de enero de 2010 un drástico plan de reducción del gasto público y prometió limitar el déficit en un 3% para 2012.[31] No obstante la desconfianza continuó, y mientras las tasas de préstamo para Grecia subían regularmente, la Comisión Europea reclamó más detalles de las medidas. El 2 de febrero, el gobierno revisó el plan de austeridad, endureciéndolo con nuevas medidas como el bloqueo de los sueldos a los funcionarios, la subida de los impuestos y el aumento de la edad de jubilación, a pesar de que hubo nuevas huelgas generales.